ENTREVISTA A ERLE MONTAIGUE. 2005. Por Javier Heredia
Erle Montaigue: "No hay ninguna diferencia entre el Tai Chi terapéutico y el marcial"
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En sus orígenes, el Tai Chi era más que un simple arte marcial o terapéutico. Era esto y mucho más, un elaborado sistema en el que sus practicantes desarrollaban tres tipos de trabajo -junto al terapéutico (o de autosanación) y la autodefensa, un tercer desconocido, el médico-, en apariencia muy distintos entre sí pero imposibles de dividir. Y es que todos ellos estaban regidos por principios idénticos, que hacían de éste un verdadero conjunto de ideas integradas y una de las artes más sofisticadas y lógicas que pudiera usar el hombre en su propio beneficio.
Así era la versión más pura del Tai Chi, que ha sobrevivido hasta hoy gracias a maestros como Erle Montaigue, empeñados en rescatar del tiempo su verdadera esencia y difundirla a costa de una absoluta dedicación, tal y como lo avalan sus libros, investigaciones y cientos de vídeos editados sobre esta materia. Él conoce a fondo el Tai Chi. Lleva practicándolo durante más de treinta años y además tuvo la suerte de entrar en contacto con las fuentes originales. Aprendió, entre otros, de Chang Yiu Chun, su profesor más importante -discípulo de Yang Shou Hou y nieto del mismísimo Yang Lu Chan-, quien le enseñó el arte del DimMak.
Este australiano, no sólo es considerado una auténtica autoridad en lo que a artes internas se refiere. Destaca también como el fundador de la escuela con mayor representación en todo el mundo, la World Taiji Boxing Association (WTBA).
Pudimos verle por primera vez en nuestro país los pasados días 14 y 15 de mayo para impartir uno de los cursos de formación de la W.T.B.A. que está dirigida en España por su representante, el maestro José Sánchez. Hablamos con él de su trabajo y experiencia. También hubo ocasión de preguntarle sobre esa faceta del Tai Chi que la mayoría de practicantes no conocen: el Tai Chi médico, el nivel más avanzado que se puede alcanzar en su sistema y en el que los movimientos de una forma se aplican sobre otra persona con fines terapéuticos y energéticos.
P: ¿Hay algo en el Tai Chi que no se pueda explicar?
Erle Montaigue: No, aunque sí hay cosas más difíciles de expresar que otras. Sobre todo lo que hacen los movimientos internos, que los tienes que representar a través del cuerpo. Es lo más complicado, traducir estos movimientos directamente a alguien que no los ha interiorizado.
P: ¿Qué queremos decir al afirmar que en las artes internas el movimiento proviene del centro o Dan Tien?
E.M.: En las artes marciales internas la fuerza proviene de la espalda. Cada vértebra es como un condensador y cuando los unes todos, cuando conectas una vértebra con otra, tienes una gran cantidad de fuerza almacenada en la columna. Esa es la razón por la que los maestros hablaban siempre de la idea de Sung ("relajar"). Pero no hay que perder de vista que, para enseñar Tai Chi o Pakua correctamente, primero debes experimentar tú estos movimientos durante mucho tiempo. Se tarda en altos niveles más de veinte años conseguirlos. Además, debes ser un buen comunicador, usar la voz, el movimiento y el cuerpo para que la gente pueda adquirir un alto nivel.
"En las artes marciales internas la fuerza proviene de la espalda.
Cada vértebra es como un condensador"
P: ¿Es aquí, en la fuerza que conseguimos acumular en el centro, donde residen los beneficios terapéuticos del Tai Chi ?
E.M.: Sí. No hay ninguna diferencia entre Tai Chi terapéutico y marcial, no se puede separar lo uno de lo otro. Si sólo enseñas Tai Chi como terapia estarás dando a tus estudiantes la mitad, lo mismo que si sólo lo enseñas como arte marcial. El motor del Tai Chi y el Pakua es el Fa jing, o energía explosiva. Esta es la misma que utilizamos cuando curamos a alguien. Es esencial entender que no hay diferencia entre la energía que se aplica a la pelea y la que se usa para curar. La faceta curativa es el máximo nivel que puedes alcanzar en el Tai Chi. Lo marcial es una escalera para llegar hasta ahí. De hecho, con la experiencia, la pelea pasa a un segundo plano porque comprendes que puedes ayudar a la gente de otra manera. Por eso lo que más me gusta al final de una clase es que los alumnos estén tranquilos y equilibrados, porque su proceso curativo ha comenzado y entonces pienso que he hecho mi trabajo. Sería distinto si sólo les hubiera enseñado a defenderse.
P: ¿Dónde está el límite en el aspecto terapéutico?
E.M.: Tu cuerpo es un sanador natural. Cuando nacemos, mantenemos un estado de perfecto equilibrio: ni mucho Yin, ni mucho Yang. Pero a medida que crecemos el equilibrio acaba por romperse. Esto es debido a muchos factores, tales como la mala alimentación, etc. Entonces es como si apareciese un hueco entre ambos, Yin y Yang. Ese hueco es la enfermedad. Todas las enfermedades se relacionan con un desequilibrio en el cuerpo, que no tiene nada que ver con envejecer. Puedes tener una salud excelente con noventa años si tu Yin y tu Yang están equilibrados. Este es el objetivo del Tai Chi, Chi Kung o Pakua. No curan las enfermedades, las previenen. Si, por ejemplo, ha habido un daño físico sobre un órgano, tal vez no se pueda hacer nada para curarlo, pero puedes controlar que no vaya a más.
P: ¿Las formas de Tai Chi son la clave para obtener un cuerpo saludable?
E.M.: No, el Chi Kung es la clave. Las formas son Chi Kung en movimiento.
P: Junto a la facetas terapéutica y marcial del Tai Chi, existe una tercera en la que los movimientos de la forma se aplican sobre otra persona con fines médicos. ¿Qué puede contarnos sobre esto?
E.M.: Es el nivel más alto que se puede alcanzar. Te conviertes en un "doctor de Tai Chi". Pongamos el caso de alguien que haya tenido traumas en la niñez y que, por tanto, de mayor se convierte en alguien con problemas de neurosis. Este movimiento de la forma es marcial -dice Erle antes de ejecutarlo con un pequeño Fa Jing. Se trata de la postura de Peng, en la que se combinan un bloqueo bajo con dos movimientos posteriores: tirón del brazo del oponente y, a un tiempo, golpe de revés a la sien-. En lo curativo, si se realiza así siete veces sobre otra persona, -Erle vuelve a mostrar el movimiento aplicándolo sobre su alumno, José Sánchez, pero esta vez de manera mucho más suave, como si le estuviera inoculando su propia energía- ayuda a liberar la tensión que producen dichos traumas.
P: ¿Puede percibir algo del individuo mientras le aplica el movimiento?
E.M.: Sí, por supuesto. Tengo un representante en Argentina que fue secuestrado de niño. Lo ataron con vendas, igual que una momia y lo tuvieron así dieciocho meses antes de conseguir huir. Cuando le hice ésto que acabo de explicar, mis manos ardían y él empezó a llorar. Mucha tensión que había acumulado a lo largo de los años pudo salir.
P: Parece como si el Tai Chi médico fuera una manera de hacer acupuntura en la que se cambian las agujas por unos movimientos.
E.M.: No. La acupuntura es un arreglo inmediato. Ambos trabajos se centran en mantener las enfermedades a raya, pero el Tai Chi lo hace con todo el cuerpo.
P: En la faceta marcial también se estudian los puntos vitales del cuerpo, o Dim Mak. ¿Cómo se pueden practicar sin dañar al compañero?
E.M.: No se puede. Cuando lo he hecho sabía que esas personas eran muy fuertes y no tenían ninguna afección cardíaca.
P: El entrenamiento del Tai Chi marcial abarca múltiples ejercicios, tales como el Tui Shou (empuje de manos), el Chi Sao (manos pegajosas) o el San Sau (manos libres), por citar algunos de los más importantes. ¿En cuál de ellos reside la efectividad a la hora de atacar y defenderse?
E.M.: Es una combinación de todo, aunque lo más importante es la manera en la que hacemos el empuje de manos y Peng Hinge. El Tai Chi no enseña técnicas para la defensa personal. Eso sería como intentar meter un cuadrado dentro de un círculo. Algunos estilos de Karate, por ejemplo, tienen movimientos lógicos, pero en la calle todo es ilógico. Un arte marcial tiene que entrenar tu cuerpo a moverse de modo reflejo, de manera que si alguien te ataca no tengas que pensar en un bloqueo y un golpe. Así es como entrenamos nuestro empuje de manos. Si lo trabajas constantemente con un compañero aprendes a responder de forma refleja. De eso se trata, más que coger cada movimiento de la forma.
"El Tai Chi no enseña técnicas para la defensa personal. Sería como intentar meter un cuadrado dentro de un círculo"
P: ¿Entonces la forma no es necesaria en la parte marcial?
E.M.: Sí lo es. Los que inventaron el Tai Chi eran unos genios. Ellos sabían antes que la ciencia occidental que el cerebro no puede distinguir entre lo real y lo imaginario. Es algo científico. Si imaginas que cortas un limón y lo exprimes sobre la boca, produces saliva. Esto es lo que ocurre con la forma de Tai Chi. Basta con que nos expliquen una vez las aplicaciones marciales de cada postura para que se grabe en nuestro subconsciente. Luego, cuando la practicas, que pueden ser dos veces al día, peleas inconscientemente durante media hora con cada movimiento de ataque y defensa.
"Los que inventaron el Tai Chi eran unos genios"
P: En la defensa personal del Tai Chi se practica San Sau, una forma explosiva mucho más corta que las versiones largas de 108 movimientos. ¿Tampoco en este caso interviene la imaginación durante su ejecución?
E.M.: Así es. En San Sau ocurre exactamente lo mismo. Al principio no, por supuesto. Entonces sí tienes que imaginar las aplicaciones. Pero al final, cuando dos personas practican San Sau a un alto nivel es como si ambas encajaran a la perfección.
P: Hace un momento mencionó el Pakua. Este arte marcial está integrado dentro del programa de su escuela, la WTBA, junto con las doce formas originales de Wudang. ¿No es suficiente el Tai Chi para adquirir un sólido conocimiento terapéutico, médico y marcial?
E.M.: No los necesitas pero hay mucha gente a la que le gusta aprender cosas diferentes. Para algunos el Tai Chi funciona mejor. Otros prefieren el Pakua o el sistema Wudang. Al final los tres son iguales.
P: Por cierto, sus alumnos no llevan uniforme ni cinturones. Además, en este mismo sentido, un aspecto a tener muy en cuenta es la flexibilidad con la que se imparten las distintas materias, que no parecen seguir un orden demasiado riguroso. Así, por ejemplo, un alumno de la WTBA puede ir aprendiendo la forma de Yang Chen Fu mientras se inicia en otra de armas. No hay exámenes de paso de grado... ¿cree acaso que la tradición desvirtúa la enseñanza?
E.M.: ¡Esa es la tradición! Sólo aquí en occidente y en Japón hemos sistematizado las artes marciales, donde los trajes se han impuesto para parecer un artista marcial. Sin embargo, en la antigua China los artistas marciales llevaban su ropa de calle. Ahora la gente observa lo que ellos llevaban y lo han convertido en uniformes. Sería lo mismo que jugar al golf y ponerte los pantalones escoceses que usaban los primeros que practicaban este deporte. Sobre la otra cuestión, la de las armas, debe entenderse que el Tai Chi y el Pakua son eclécticos. Todas las partes que aprendemos ayudan a subir en la escalera y alcanzar el objetivo final.
P: En el caso de las formas largas de mano vacía, sí existe una progresión en el aprendizaje. El alumno comienza con Yang Chen Fu, y acaba en Yang Lu Chang y Paochui. ¿Es un camino en el que vas dejando cosas atrás?
E.M.: Es algo muy complicado. Si tuviera que entrenar todo lo que sé me llevaría semanas. Ahí está el eterno dilema del instructor. Tienes que recordar las viejas formas para enseñarlas pero debes salirte de ellas si quieres progresar tú mismo.
P: ¿Cuál practica usted todos los días?
E.M.: La forma rolling thunder de Yang Lu Chan.
P: ¿Considera haber innovado algo con respecto al sistema antiguo de enseñanza?
E.M.: Sólo algunos métodos de entrenamiento, pero en lo básico no hay diferencia con lo que mi profesor me enseñó. Cuando aprendes Tai Chi obtienes muchas cosas de tu instructor que no comprendes. Incluso después de que él haya muerto, si lo que te enseñó era correcto, crece lentamente dentro de ti y te cambia a lo largo de los años. De manera que al cabo de tres décadas estás haciendo lo mismo que hacía tu maestro tres décadas antes. El único modo de explicar a tus alumnos el más alto nivel es adquiriendo una gran experiencia. Creo que debo ser mejor comunicador que mi profesor porque él apenas hablaba inglés. Considero haber descubierto mejores y nuevos métodos para transmitir información.
P: Entonces no quitaría ni pondría nada en las formas, las dejaría como están.
E.M.: No, no las tocaría. Ya he dicho que los que inventaron las formas eran muchísimo más geniales que yo. Me he limitado a dejar que ellas crecieran en mi interior. Ahora, cuando realizo mis formas es como si viese a mi profesor haciéndolas. Hace treinta años pensaba que estaba haciendo Tai Chi como él. Pero no era así.
P: Al principio, durante el proceso de aprendizaje de una forma, los movimientos no se ejecutan del todo correctamente, ¿podemos dañar así nuestro cuerpo?
E.M.: No, a menos que hagas una forma corta. En el Tai Chi original, cada movimiento estaba relacionado con el ciclo de la energía diaria. Los maestros que llegaron después quitaron movimientos, pero lo que hicieron en realidad fue cortar el flujo de energía que circula por el cuerpo cuando se hace la forma. Hay gente que se puede dañar físicamente practicando las versiones cortas.
"En Tai Chi, cada movimiento se relaciona con el ciclo de la energía diaria. Si reduces las formas cortas ese flujo"
P: Apartémonos por un instante del Tai Chi como sistema coherente e independiente. Si aplicásemos sus principios -fuerza que sale del centro, Fa Jing, etc.- a otro arte marcial, ¿estaríamos haciendo Tai Chi? ¿Es el Tai Chi ese sistema independiente o es una manera de ejecutar unos determinados movimientos?
E.M.: Es difícil si lo aplicas a las artes marciales deportivas, puesto que debe existir un movimiento natural y esas artes no los tienen, lo mismo que sucede con otras muchas escuelas de Tai Chi. Todo el Tai Chi empieza con movimientos antinaturales, pero a medida que van progresando acaban saliendo del centro, se van haciendo más cortos y los pasos más altos. Es decir, se van volviendo naturales. Si quisieras aplicar los principios de Tai Chi a una forma externa no podrías porque sus movimientos al principio no son correctos. No obstante, hay mucha gente de Karate a la que he enseñado que ha conseguido muchos beneficios por la manera en que se mueve el Tai Chi.
P: ¿Qué le ha parecido el nivel de la gente del curso?
E.M.: Muy alto. Me ha sorprendido. Es muy agradable venir a una escuela de la que sólo conoces al instructor y ver que hacen los movimientos correctamente como querrías que se hicieran. Tengo una muy buena sensación.
P: ¿Siente que todavía le queda algo por contar después de la cantidad ingente de material que ha venido publicando durante años?
E.M.: Sí, tengo una lista en el ordenador de todos los vídeos y libros que me quedan por hacer.
P: Si fuera posible definir el Tai Chi con una palabra o una sensación, sería…
E.M.: Equilibrio interno.
Muchas gracias y hasta pronto.
E.M.: Gracias a vosotros
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