Boletín febrero 2013/6

 

CRÓNICA CURSO “TCC, FLUJOS 3D, DESPLAZAMIENTOS Y APLICACIONES MARCIALES”

Por Juan Manuel de los Ríos , fisioterapeuta, diplomado en Medicina Biológica y especialista en Reeducación Postural

20 de enero de 2013

El pasado domingo 20 de enero me sumergí en un viaje, una aventura fascinante llena de experiencias…

Todo parecía un sueño, pues empecé cerrando los ojos, los cuales aceleraban su movimiento, los oídos se agudizaban invaginando el sonido hacia las vías cerebrales, el corazón cambiaba su pulso, la respiración suavizaba su ritmo, pero rápidamente los pensamientos descendían drásticamente hacia el suelo, dejando una cierta sensación de vacío.

Después de un par de minutos, una fuerte sacudida a modo de tornado hace vibrar mi cuerpo, y tras unos segundos…STOP!! Expansión, sacudidas, temblores, todo fluye, no hay barreras, no hay contornos, las leyes de la física se confirman y desafían a la vez.

Abro los ojos, mi viaje había comenzado, y constato mi nuevo estado, la musculatura me yergue, soy consciente de mi verticalidad y sin querer he pasado de un punto a una recta. Y de ahí seguiré hacia el plano, montándome en una noria, descubriendo el arriba y el abajo, distintos sentidos de movimiento que cuando los integro de manera consciente y los armonizo se convierten en una onda, cual nadador frente a un túnel de viento.

Me dan ganas de girar, de no parar, de minimizar el rozamiento, de ajustar mi biomecánica a la exactitud de un reloj suizo, y enlentezco y disminuyo el radio de giro, suavizando la palanca, aliviando mi musculatura y despertando cierto ritmo interno, que resuena diciéndome que hay vida dentro de mí, el eco de un pulso, vascular, cefalorraquídeo, un diafragma que abre y cierra.

Casi dibujo el movimiento, con pericia interna y no con gesto externo. Paro y siento, la explosión, la onda expansiva, el eco.

Cambio de plano y vuelvo a empezar, voy adelante y atrás, con una ligera translación izquierda – derecha, último plano a trabajar.

Cuando me siento más cómodo en mi viaje, cambio los pies, muevo asincrónicamente las manos e invoco movimientos multiplanares en 3D.

La lateralidad de mi mirada adquiere una vista panorámica siguiendo unos movimientos que fluyen, la respiración se acompasa, los canales semicirculares dibujan las tres dimensiones en el oído interno externalizándose en movimientos pendulares y ondulaciones de columna que mantiene su eje vibrando con micromovimientos que escapan a la percepción ocular, pero no a la sensibilidad energética del que está presente en este tipo de trabajo.

Ante tal agitación extra e intracorpórea los pies quieres proseguir su viaje, pero con el mismo ritmo, plasticidad de movimientos, el continente no es capaz de sostener al contenido, cuyo epicentro dispara en las direcciones y sentidos practicados: delante – detrás, balanceándose, girando, subiendo, propulsándose, haciendo bicicleta o lateralizándose.

Y ahí acabó mi viaje, después de respirar vuelvo a casa con la lección aprendida.

Cualquier camino es bueno, cualquier camino que trabajado desde lo más interno de tu ser te empuje por el sendero de la vida, pudiendo no ser este el más fácil, pero si el más real.

Gracias a José Sánchez, y a todo el equipo de la Escuela Wu Chi, y a todos los compañeros por allanarme el camino.

Un fuerte abrazo,

Juan Manuel de los Ríos