ARTÍCULO: “UN DOJO DIFERENTE”
Por José Sánchez. Profesor de Artes Marciales
Enero 2013
He aprendido que la relación con uno mismo se parece a la relación que uno tiene con el Dojo. Desde los 18 años que me lo inculcó mi Sabomin, David Escribano, vengo observando este hecho.
Entrar con el traje limpio, en punto, en silencio, ordenar la sala, no gritar, ayudar, compartir, esforzarse, respetar, no parecer, dejar las emociones fuera, colocarte a la altura de ti mismo, hablar directo sobre lo que molesta al grupo, ir más allá del placer y del dolor, ser fiel y crítico a la vez, mantenerte humilde en el triunfo, llevarte al extremo para que te reflejes, pasar los halagos a quien te enseña y éste a quien le enseñó y éste al universo y la Vida, ayudar a los nuevos... son los movimientos que uno aprende en ese camino.
Lo aprendí en el TKD, en la Lucha Libre Olímpica y en Tai Chi sobre todo con Su Dong Chen viviendo en su casa. Puedo decir que forma parte de mí.
Hoy me siento afortunado. Tengo otras profesiones pero las AM siguen siendo un hobbie intenso. Enseño en un humilde Dojo donde lo que me importa son los valores. Si alguien grita recuerdo a David pidiendo silencio. Si alguien critica recuerdo a Su Dong Chen explicándome por qué hacía mal lo que ya sabía. Si alguien se esconde recuerdo a David aconsejando a dos competidores sobre su nuevo escondite. Si alguien me alaba recuerdo a Fco. Iglesias, decir que él sólo fue a la olimpiada. Si alguien se desanima recuerdo a Fco. Barcia decir que todavía podemos. Si alguien insulta recuerdo a David pidiendo respeto y exigiendo sinceridad. Si alguien tiene otras maneras de entender el arte, recuerdo a Su Dong Chen levantarse y decirme con la mano: "No mouth, better demostration". Si alguien se enfada, recuerdo a Su Dong Chen pidiéndome explicaciones de absolutamente todo. Si alguien se apega, recuerdo a todos hacer su vida y mantener su intimidad. Si alguien no puede entrenar, recuerdo a David buscándome sitios, horarios y soluciones para entrenar... no siempre fáciles claro. Si alguien se aburre, recuerdo hacer Pumses los lunes durante años sólo por tradición. Si alguien desconfía recuerdo los ojos y el corazón de mis maestros.
Si alguien está contento, soy yo con ellos.
Esos son los valores que aprendí.
Por eso soy parte de su corazón.
José Sánchez. Director Escuela Wu Chi.
Profesor de artes marciales
Enero 2013
